martes, 26 de octubre de 2010


Mario Vargas Llosa: libertario y demócrata*

La base del pensamiento de nuestro premio Nobel 2010
Sábado 16 de octubre de 2010 
Por: Francisco Miró Quesada Rada
Director
El Comercio


La participación del intelectual en la política puede revestir dos actitudes frente al poder o con mayor rigor frente a los que tienen poder. Hay intelectuales que tienen una actitud crítica, libre e independiente frente al poder, pero también existen aquellos que se someten. Mario Vargas Llosa pertenece al primer grupo y esto ha quedado demostrado a lo largo de su dilatada participación política. Nuestro escritor forma parte de los intelectuales que pugnan por una sociedad libre y justa.

Vargas Llosa siempre tuvo una participación, directa e indirecta en política peruana. Es un intelectual comprometido con su tiempo, pero su invalorable producción literaria predominará sobre la acción política. Escritor reconocido mundialmente que ha convertido la política en un instrumento auxiliar, o por decirlo en otros términos, está más inmerso en la obra literaria y el mundo de la cultura. Asume la política no como un medio al servicio de su literatura, sino como una responsabilidad moral frente a otros. La crítica de Vargas Llosa a las dictaduras se remonta al famoso caso Padilla, poeta cubano que en 1971 por criticar al régimen castrista fue confinado a prisión. Vargas Llosa fue un opositor de tal abuso y pidió a Fidel la libertad del poeta, pero no fue escuchado y fue maltratado de palabra por el líder cubano.

Vargas Llosa sabe mejor que nadie que el escritor para mantener su dignidad no solo requiere de libertad sino de un sistema sociopolítico y jurídico que reconozca y defienda la libertad plena del ser humano, y este sistema es el democrático que él ha defendido y defiende.

Cuando nos habla de la cultura de la libertad asume que el ideal de vivir libremente es una creencia y un valor, pero también una práctica. Y la única cultura que decidió hacer de la libertad su razón de ser es la cultura occidental.

Tiene claro que la victoria de la libertad sobre el totalitarismo ha sido arrasadora, pero dista mucho de estar plenamente asegurada. El colapso del totalitarismo socialista es, para Vargas Llosa, revolucionaria. La libertad económica es fundamental para asegurar la libertad política y el progreso. Es más, no puede haber libertad política ni progreso si no hay libertad económica.

Vargas Llosa, arremete contra los “nacionalismos económicos, que junto al nacionalismo cultural es una de las aberraciones más pertinaces de nuestra historia”. Y es que el nacionalismo ha contribuido al atraso de las naciones latinoamericanas. La integración de América Latina no funcionó porque estuvo entorpecida por el “espíritu nacionalista”, así nuestras fronteras serán más sólidas, abriéndolas de par en par, compitiendo en todo el mundo, lo que permitirá desarrollar creando empleo.

El mercado será uno de los principales factores para el alivio de la pobreza, igualmente la empresa privada y la iniciativa individual. Para lograr esta meta, Vargas Llosa recomienda rechazar en América Latina el colectivismo y la demagogia populista, pero para ello se tiene que diferenciar entre el capitalismo genuino y el rentista mercantil que ha predominado en América Latina. Sin embargo, según Vargas Llosa, negarle al Estado de derecho a intervenir como productor, no significa liberarlo de su responsabilidad esencial de árbitro y promotor de la vida económica. “Un estado liberal es inconcebible sin una política de asistencia para los inválidos, y enfermos, para las personas que a causa de la edad, la naturaleza o fatalidad no pueden mantenerse por sí solas y serían aplastadas si se les dejara a merced de las estrictas leyes del mercado”, ha dicho.

Junto al orden económico y político, señala que hay un orden cultural. En ese caso el Estado liberal tiene la obligación de tomar la iniciativa, invertir recursos y promover la acción y la participación de todos. “La función del Estado consiste en garantizar que la cultura sea diversa, abundante y abierta a todas las corrientes e influencias, porque solo así expuesta a los desafíos y a la competencia, se puede mantener un contacto con la experiencia y ayudar a la gente a vivir, a crear y a tener esperanzas”.*

(*) Versión editada de “El Compromiso de Vargas Llosa con la libertad y la democracia”, presentada en el 2001, durante la entrega del doctorado Honoris Causa al hoy Nobel de Literatura, en la Universidad de Pau, Francia.*

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario