martes, 14 de diciembre de 2010


CRÍTICA: La capitulación moral de Mario Vargas Llosa

1 de abril de 2009

Blog El Tractor Rojo
Escrito por Pedro Tierra


Cuando en el año de 1,963 se publicó "La Ciudad y los Perros", Mario Vargas Llosa se convirtió en un personaje público que con el paso del tiempo y gracias a su notable prestigio intelectual devino en un líder de opinión, no sólo en el país pobre, atrasado y tercermundista donde nació sino también en buena parte del mundo occidental.

No sólo se trataba de la aparición de un extraordinario novelista de apenas 26 años sinó de un intelectual que, además de una una lúcida inteligencia y capacidad de persuación, hacía gala de una vasta cultura donde no faltaba el marxismo y el influjo de los pensadores más avanzados, radicales y contestatarios de la época como Jean Paul Sartre.

Entonces - estamos hablando de los años 60 - influenciado y condicionado por la agudización de las luchas de clases en Asia, Africa y América Latina, por la joven Revolución Cubana que constituía todo un estímulo para los pueblos del mundo y sin duda por la decisiva influencia de Sartre, pasó a ser a la vez que una especie de vocero comunista, parte de la conciencia moral del país.

Desde Europa con sus artículos, denuncias, entrevistas y declaraciones, con sus campañas buscando adhesiones a las causas populares agitaba las conciencias y gravitaba en la vida social y política peruana y latinoamericana.

Entonces Vargas Llosa defendía abiertamente la Revolución Cubana y la legitimidad de las rebeliones e insurrecciones populares que se producían an América Latina y el Perú, abogaba por las luchas de los pueblos contra el imperialismo norteamericano, denunciaba el anacronismo y oprobio que significaban las dictaduras que asolaban América Latina, entrevistaba para Radio - Televisión Francesa a Javier Heraud en 1,962, apoyaba las guerrillas del Ejercito de Liberación Nacional (ELN) de 1,963 y las del MIR en 1,965 , denunciaba las masacres contra ellas y contra los campesinos que se sublevaban por revindicar su tierra de los gamonales. También se pronunciaba contra la pena de muerte que apristas y odristas pretendían aplicar a Hugo Blanco, Héctor Béjar y a sus compañeros levantados en armas. Encomiaba la vida , pasión y muerte de Ernesto Guevara en 1,967.

"....Pero dentro de diez, veinte o cincuenta años habrá llegado, a todos nuestros paises como ahora a Cuba la hora de la justicia social y América Latina entera se habrá emancipado del imperio que la saquea, de las castas que la explotan, de las fuerzas que hoy la ofenden y reprimen. Yo quiero que esa hora llegue cuanto antes y que América Latina ingrese de una vez por todas en la dignidad y en la vida moderna, que el socialismo nos libere de nuestro anacronismo y nuestro horror...."
Entretanto escribía y publicaba sus mejores libros como La Casa Verde, Los Cachorros y su obra cumbre Conversación en La Catedral (1,969).

En síntesis en el medio intelectual en que estaba inmerso, donde concurrían los más brillantes escritores y artistas de América del Sur, Mario Vargas Llosa se comportaba segun el modelo del del intelectual revolucionario.

Pasan los años - ahora estamos en 1,971 - y sobreviene su desencanto con la Revolución Cubana. Según confiensa, a raiz del denominado "caso Padilla" ( Heriberto Padilla fue un poeta al que lo obligaron a "autocriticarse" por unos escritos que funcionarios del estado cubano consideraron "reaccionarios") sumado a la represión contra los opositores a Fidel Castro y el sometimiento de Cuba a mero satélite de Moscú. Paulatinamente extendió su desilusión al "socialismo realmente existente" que primaba en la Unión Soviética y en Europa Oriental.

Algunos años después - ahora estamos finalizando la década del 70- Mario Vargas Llosa se había metamorfoseado en un inocuo simpatizante del Belaundismo, que hacía de jurado del concurso "Miss Perú" ó de comentarista de fútbol por televisión ó de cineasta de películas de entretenimiento ó de escritor obras literarias de menor categoría exceptuando La Guerra del Fin del Mundo.

Es por aquellos años que adhiere ideológicamente al más recalcitrante pensamiento neoconservador. Pasó así a constituirse en el más brillante de los intelectuales de la época que hacía apología y propaganda de las teóricas y supuestas bondades del capitalismo ( "el mercado") y la libertad ( la democracia burguesa").

Se convirtió en un propagandista de las ideas liberales de von Hayek, von Mises, Friedman y su aplicación práctica por parte de la bruja Margaret Tachter y el cuasi analfabeto Ronald Reagan. Lo demás es conocido. En síntesis un defensor a ultranza del establecimiento, del capitalismo, del sistema de dominación y del Poder..

Lo cierto también es que Vargas Llosa daba la impresión que sus volteretazos ideológicos y políticos eran por pura honestidad moral e intelectual. Que no eran fruto del oportunismo y cálculo político. Que eran siempre por razones principistas.

Si bien sus naturales enemigos políticos desde la izquierda lo atacaban con una ferocidad despiadada, proporcional a la suya defendiendo al capital y al imperialismo, el consenso que ganó en amplio sectores de la población para consolidarse como una especie de referente moral fue bastante grande, independientemente de las estupideces que de modo brillante propalaba en defensa del Poder Mundial.

Este posicionamiento lo logró en gran medida porque aún estando en esa posición reaccionaria de extrema derecha, fue sumamente justo, claro y explícito en ocasiones en que ocurrieron dramáticas situaciones ó gravísimos hechos que sublevaban la conciencia humana.

Así con ocasión de la masacre de los penales de junio de 1986 llevada a cabo en cumplimiento de una orden dada por Alan García Pérez, escribió un célebre editorial "UNA MONTAÑA DE CADAVERES" donde de manera inequívoca señalaba ante la opinión internacional y nacional la barbarie cometida y a García Pérez como un criminal.

Con este escrito Vargas Llosa parecía que había trazado para siempre una zanja, un abismo moral entre él y el criminal García Pérez.

Durante la oprobiosa dictadura del delincuente japonés y actual presidiario Alberto Fujimori Fujimori ó Kenya Inomoto Fujimori (a) "presidente" ó "el ingeniero" ó "chino rata", - ahora estamos en la década del 90 - Vargas Llosa tuvo una descollante actuación denunciando en el ámbito internacional a la troika de delincuentes que asaltó el poder, conformada por el pintoresco japonesito, el narcotraficante Vladimiro Montesinos y un militar indigno autoapodado "el general victorioso." Además Vargas Losa abrió las puertas de todas sus amistades y relaciones internacionales desde el primer ministro británico hasta los reyes de España a los opositores al régimen de "chino rata" para aislarlo internacionalmente, efecto que aceleró su caida y posterior fuga.

En aquellas ocasiones parecía que Vargas Llosa actuaba por un mandato de conciencia y que era insobornable a cualquier aproximación a gente que tenía el alma manchada de sangre y/o dinero mal habido ( requisitos ambos cumplidos muy ampliamente por Alan García Pérez.)

- Ahora llegamos al 2,008 y 2,009 -

El autor de "La Ciudad y los Perros" da un nuevo volteretazo.

Esta vez no se trata de algo ideológico o perteneciente a la esfera política. Se trata de un cambio silencioso pero no menos trascendental . Se trata más que un volteretazo, de su debacle moral.

El 06 de abril del 2,008 publica en EL PAIS de España (que se difunde en todos los países) su artículo:

"Borges y los piqueteros"

Este artículo tiene como propósito describir las causas del declive y la paulatina degradación social, económica y política que ha experimentado la Argentina a partir de cierto momento del siglo XX hasta nuestros días.

Significativamente en todo su escrito, Vargas Llosa no menciona el siniestro papel jugado por la DICTADURA MILITAR de los Videla, Galtieri y Massera, quienes en menor escala numérica cometieron peores barbaridades que los nazis de Adofo Hitler en defensa de lo mismo que defiende Vargas Llosa: el capitalismo, el dominio de la gran burguesía vía las corporaciones multinacionales, el poder del FMI y el Banco Mundial, en suma del mantenimiento del oprobioso Poder Mundial.

Esta degradación moral de Vargas Llosa, que hace abstracción de la peor dictadura fascista que haya asolado la América Latina, parece confirmarse de manera definitiva con su cada vez mayor proximidad con el genocida y ratero Alan García Pérez, con el mismo que en 1,986 había trazado una zanja moral y ética que parecía infranqueable.

Ahora Vargas Llosa soslaya la naturaleza criminal del genocida de los penales y prohijador del Comando Rodrigo Franco ( el grupo colina de Alan García) y lo alaba por su conversión al neoliberalismo.

En estos días Vargas Llosa mira hacia el techo y no recuerda la naturaleza y prontuario criminal de quien saqueó como nadie las arcas estatales para hacerse rico vía casos plenamente comprobados como la reventa de aviones Mirage, las suculentas coimas que recibió por la concesión del Tren Eléctrico y por el depósito de las reservas internacionales peruanas en el BCCI, quizás porque hogaño García Pérez es un perrito faldero y consagrado sirviente de banqueros y oligarcas.

Ahora Vargas Llosa se olvida de sus feroces críticas al "mercantilismo" (ese enriquecerse de los empresarios gracias a su proximidad al poder político) y se acerca al amigazo y gestor de negocios de "Pepe" Graña.

Ahora Vargas Llosa abandona la defensa de "los principios y valores democráticos" para pasar por agua tibia al actual socio y aliado de los excrementicios fujimoristas, al que declara que "como presidente puedo evitar que salga elegido quien yo no quiera", al que ha ordenado copar el Poder Judicial con el propósito de encubrir las raterías y latrocinios de su podrido régimen.

Ahora Vargas Llosa no abre la boca en defensa de los comuneros piuranos de Huancabamba masacrados y torturados por una empresa de seguridad privada donde fue directivo su amigo "libertario" Vega Llona, todo en en aras de las utilidades de una corporación minera.

En suma la capitulación moral del pobre Mario....se suma a Pablo Macera.

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